Page 40 - REVISTA AD MAESTRO - Septiembre de 2018
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do cosas y así mejora a su vez algunas
capacidades ya adquiridas (por ejemplo,
escribir). “Todos estos robots ahora mis-
mo son prototipos. Pero podrían llegar a
las clases si alguna compañía estuviera
interesada en invertir en ellos”, explica
Belpaeme.
La aplicación de los robots en contextos
educativos dio resultados positivos prác-
ticamente en todos los casos examina-
dos, según el investigador, quien ofrece
interesantes matices para enriquecer su
análisis. En su opinión, las posibilidades
tecnológicas actuales no hacen pensar
que un robot pueda desempeñarse en
todas las funciones que ejerce un educa-
dor humano. “La conclusión principal es
que los robots pueden ser eficaces como
apoyo a la enseñanza. No van a reempla-
zar a los profesores, pero pueden ejercer
de tutores personales en contextos muy
concretos”, afirma. Uno de los aspectos
más interesantes, según explica, es que
estos productos de la inteligencia artifi-
cial se prestan bien a un uso personali-
TaMbIén ExIsTEn LOs quE zado, “algo para lo que los profesores ca-
juEGan EL rOL DE EsTuDIanTE recen de tiempo”. Belpaeme considera
que los mejores son aquellos que actúan
“nOvaTO”, aL quE EL nIñO de compañeros, porque “no saben todo”
va EnsEñanDO COsas y así y “aprenden junto al niño”.
Cecilio Angulo, de la Universidad Politéc-
MEjOra a su vEz aLGunas nica de Cataluña, está de acuerdo en que
CaPaCIDaDEs ya aDquIrIDas los robots pueden ser una herramienta
(POr EjEMPLO, EsCrIbIr) de apoyo útil, por ejemplo para hacer
o corregir un dictado. “Donde tienen
más potencial es sobre todo a la hora de
dar a los niños libertad de pensar cosas
nuevas”, sostiene. Angulo afirma que ha
podido observar los resultados de expe-
rimentos con robots en dos colegios de
Barcelona. El investigador coincide con
Belpaeme en que la dimensión física en
la que los niños interactúan con los ro-
bots les permite conocer una forma de
aprendizaje “más cercana” e interacti-
va de la que ofrecen otras tecnologías,
como las tabletas o la realidad virtual.
Lo importante, en su opinión, es que no
se pierda de vista la función de tutor que
ejerce el profesor, esencial también para
que la inteligencia artificial se utilice de
la forma correcta. “El robot como tal no
es nada, es como tener un iPhone sin sa-
ber lo que es”, afirma.
PLANTEARSE UN CAMBIO DE SISTEMA
“Los robots tienen un gran impacto
cuando los niños tienen 8 y 12 años, pero
este impacto cambia según la edad”,
afirma Anna Mura, investigadora de la
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